24 horas de tensión y estrés al perder o dar por robado mi #Equipaje en una estación de tren en #Zurich, Suiza con mi pasaporte y computadora dentro, en un país que no conocía y del cual confiaba en su fama por su extraordinaria seguridad.
Esta #odisea inicio cuando decidí visitar a mi mejor amiga que se encontraba de intercambio en Lucerna, Suiza. Planee y compre mis boletos de avión para pasar un fin de semana con Vicks y conocer Zúrich.
Tome un vuelo desde Madrid y aterrice en el país del fondue temprano en la mañana, donde me encontré con Vicks que me recogió en el aeropuerto. Al ser un viaje muy corto, llevaba solo una maleta de mano y un bolso con mis artículos personales y mi computadora.
Teníamos pensado pasar el día conociendo Zúrich y en la noche tomar un tren hacia #Lucerna, donde estaba viviendo Vicky. Por lo que decidimos guardar mi maleta en un locker (casillero) de seguridad en la estación de tren. Por las prisas y para no cargar tanto peso, decidí guardar mi bolso dentro de la maleta junto con mi computadora y cambiarlo por un bolso más pequeño que había guardado. En este último cambio y sin darme cuenta, guarde mi billetera en el bolso grande con mi pasaporte dentro de la maleta.
Estamos hablando de un locker de última tecnología, ¡Suizo!, que funcionaba ingresando en la pantalla el compartimiento que vas a usar, el cual automáticamente se cierra, te cobra alrededor de 5 francos suizos e imprimía un código QR para poder abrirlo al finalizar. En fin, lo cerramos y fuimos a encontrarnos con las amigas de Vicky para pasear por Zúrich. Cabe mencionar que con semanas de antelación ya habíamos comprado el #tren para volvernos a Lucerna a las 7:30 de la noche ese día (que no fue barato, nada era barato en Suiza).
Caminamos por las calles de la ciudad, comimos tacos y visitamos un hermoso mirador en el centro histórico. Nuestro día transcurrió bajo la lluvia, los arcoíris y las paradas técnicas para tomar chocolate caliente en cafeterías navideñas y acogedoras. Alrededor de las 6:40 dimos por terminado el día y nos dirigimos a la estación de tren para tener tiempo de recoger mi maleta y tomar el tren.
Todo iba de maravilla hasta que nos acercamos a los lockers, presentamos el QR, pague 3 francos extras por haber pasado mucho tiempo y procedemos a abrir el locker. La imagen de 6 mujeres mirando un locker completamente vacío, a 20 minutos de que saliera nuestro tren es indescriptible.
Por varios minutos entre en Shock, no entendía que estaba pasando, Vicky activo su modo madre, y empezó a buscar el recibo y a alguna persona que trabajara en la estación para que nos ayudara a saber que estaba pasando. No sabíamos si alguien se había robado la maleta, lo que parecía bastante imposible dado que es suiza y tienen una reputación por ser uno de los países más seguros del mundo, sin hablar que los lockers solo podrían abrirse con el correspondiente QR que tenía cada uno.
Entramos todas en estado de pánico, corriendo por la estación buscando un puesto de atención al cliente, pero para nuestra mala suerte TODO en la estación cerraba a las 7 de la noche (ya eran eso de las 7:10) y nadie nos entendía. Un caos entre que ninguna hablaba alemán, ni francés, las personas no comprendían cómo una maleta no estaba en el locker, nos decían que nos habíamos equivocado, nosotras estábamos seguras de que no estábamos equivocadas.
Una mujer de atención al cliente (Dietche)nos atendió, mientras entre tres le hablábamos en inglés y español y casi que gritábamos lo que nos había pasado y que nuestro tren salía en 10 minutos. Fue en ese momento cuando me pregunto que contenía mi maleta, que se me callo todo encima y recordé que mi pasaporte también estaba en el interior de mi maleta. Pasaporte que necesitaba en dos días para poder volar de vuelta a Madrid y salir del país.
Entre los llantos, estrés, preocupación y risa nerviosa de todas, nos dijeron que la única solución era esperar hasta que al día siguiente abrieran la oficina de equipajes de la estación a las 8 de la mañana, nos acercáramos a esta y presentáramos una denuncia de equipaje perdido. para rematar la ola de sentimientos del momento la funcionaria nos dijo que lo más probable es que el locker no se haya cerrado apropiadamente y que alguien hubiera sacado la maleta. Esto tenía dos posibles escenarios: un funcionario la encontró y la llevo a la oficina de equipajes (a la cual no podíamos ir ya que había cerrado hace 15 minutos) o que no cerro el locker y alguien robo la maleta…
Decidimos correr y tomar nuestro tren y regresar a la mañana siguiente a Zúrich (tuvimos que comprar un tren de 50 francos suizos para las 8 am, alrededor de 60 euros🫠) y preguntar de nuevo en la oficina de equipajes. El camino de 40 minutos a lucerna fue de tensión, resignación y miedo, de alguna forma no comprendía todavía el hecho de que había perdido mi pasaporte y mi computadora, la computadora que tenía menos de 1 año y el pasaporte sin el cual no podía salir del país, sin al menos realizar mil y un tramites (teniendo cuenta que era fin de semana y nada funciona en Europa, no podría viajar el domingo como tenía planeada).
Llegamos a Lucerna y tomamos un bus hasta la residencia de las chicas, Vicky y dalia tuvieron que prestarme tanto pijama como ropa para ponerme al día siguiente ya que no tenía absolutamente nada. Nos fuimos a la cama rezando para que mi maleta estuviera ahí al día siguiente, pero con el pensamiento resignado de que había una gran posibilidad de que no apareciera y tuviésemos que presentar una denuncia ante la policía.
A la mañana siguiente nos despertamos a esperar la llamada de Dietchie La funcionara que nos había ayudado, que nos dijo que nos llamaría en cuanto entrase a trabajar y revisase la bodega de objetos perdidos. A las 8 am nos llamó y con vos de vergüenza, nos comentó que la maleta no estaba ahí y que debíamos ir a Zúrich para presentar la denuncia.
40 minutos de viaje después y llegamos a la estación y en la oficina de equipajes volvimos a explicar todo lo que nos había pasado la noche anterior a una trabajadora, que poco nos entendía y decía que esas cosas no pasaban en suiza. nos dijo que no habían traído ningún equipaje, en ese momento, detrás de unas repisas me reconocí el lateral de mi maleta que está llena de calcomanías y es roja, comencé a gritar y a decirle a la señora que esa era mi maleta, estaba gritando de la alegría, Vicky y yo no lo podíamos creer.
Después de un largo papeleo para demostrar que era mi maleta y de pagar otros 20 francos por haber pasado la noche en la bodega (I know absurdo 🙄). Me entregaron mi maleta, intacta, con todo su contenido, mi pasaporte y mi computadora.
Moraleja de la historia, cuando nuestras madres nos decían que nunca dejemos el pasaporte o las cosas de valor en cualquier lugar, en las maletas o en los hoteles, ESCUCHENLAS tienen razón, nunca debes de dejar el pasaporte cuando estes viajando en algún lugar que no sea contigo, claro que en algunos lugares no es muy seguro, pero tampoco es seguro uno de los países más prósperos y seguros del mundo.
Y no, hasta el día de hoy seguimos sin saber que paso con la maleta esa noche, los funcionarios no podían explicar como un locker se pudo abrir, y tampoco saben cómo termino la maleta en la bodega de la oficina, pero bueno, la recuperamos y el viaje continuo de maravilla... Bueno hasta la vuelta, que se averió mi tren y casi pierdo el vuelo, pero esta es una historia para otra ocasión.
Comentame si esto es algo que te pasaríaa a tu durante un viaje
Escribe una respuesta
Escribe una respuesta
Comments